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Presentación de Banzaï

El club de voleibol « Banzaï », como parte de la “Fundación Mamosa-Cunina », se fundó el 19 de mayo de 1996 y es afiliada a la Federación Haitiana de Voleibol (FHVB) y a la Liga de Voleibol del Oeste (LVBRO) desde el 5 de septiembre de 1996. « Banzaï » es un grito japonés de guerra. Esta palabra generalmente se traduce por “¡Hurra! ¡O! ¡Vida Larga!”. En efecto, literalmente significa « Diez mil años », lo que sobreentiende « Diez mil años de vida para el Emperador ».

El club Banzaï es una asociación deportiva, sin ningún interés político o comercial. Su objetivo principal es ofrecer a los jóvenes, la posibilidad de practicar el voleibol en un ambiente sano y favorable para su salud física y moral. De este modo, se da mucha importancia a las actividades que puedan crear un verdadero ambiente de amistad y de respeto mutuo entre todos los miembros del club. Toda discriminación es prohibida. En el seno del club no hay lugar para perjuicios con carácter político, social o religioso (artículo 3 de los estatutos).

La bandera del club es verde y blanca a fondo con logotipo en verde y rojo, los colores del club son verdes, rojos y blancos. El logotipo del club conlleva a un jugador y una jugadora agarrando un balón de voleibol por encima de la red. El logo nos recuerda que la asociación Banzaï es constituida por muchachos y muchachas que quieren unirse como buenos amigos que se proponen de trabajar para el progreso del club, haciendo de él una asociación digna del respeto y de la apreciación de todo el mundo.

El club tiene sus propios estatutos y es dirigido por la asamblea general, que tiene lugar por lo menos una vez al año (en octubre). La junta directiva del club es formada con siete miembros.

Empezamos los entrenamientos, para las muchachas, bajo la dirección de Eddy Etienne, el 21 de mayo de 1996 en el mismo sitio del club « Sacré Cœur ». El primer entrenamiento para los muchachos se llevó a cabo al Centro Deportivo Dadadou, el 1 de octubre del mismo año, bajo la dirección de Herode Pierre. Actualmente los entrenamientos son dirigidos por un equipo de 4 entrenadores, bajo la inspección del Comité Técnico del club. Después el mes de julio 2017 el club tiene su cancha propia en el centro de deportes que la fundación Mamosa-Cunina está construyendo.

1 julio 2017 / nuestra cancha propia

A partir del año 1997 el club participó con varias formaciones en los campeonatos organizados por la Liga de Voleibol de la Región Oeste (LVBRO) y en el campeonato nacional organizado por la Federación Haitiana de Voleibol (FHVB).  En los veinte y cuatro años de existencia el club lleva resultados muy excelentes.

En 2007 ya empezamos con nuestra propia escuela de voleibol, que sigue atrayendo a muchos jóvenes para aprender a jugar al voleibol. Tienen cita todos los sábados por la mañana de las 8:00 a las 12:00.

Desde 1997 hemos tenido la oportunidad de participar en torneos internacionales, dos veces en Jamaica (2006 y 2008) y varias veces en la República Dominicana y dos veces en los Estados Unidos (2011 y 2016). El 3 de septiembre de 2016, nuestra selección masculina participó en el prestigioso torneo del « Día del Trabajo » en Nueva York donde nuestros jugadores obtuvieron el trofeo de campeón.

Fundación Internacional de Ayuda» (FIDAJD)

El primero de febrero de 2018, tuvimos la visita del Sr. Jovanny Delgado Núñez, presidente de la «Fundación Internacional de Ayuda» (FIDAJD) en República Dominicana. Éste había tomado conocimiento de la existencia de la Fundación Mamosa-Cunina visitando el sitio del club y de la Fundación Mamosa-Cunina (www.webmamosa.wordpress.com). Así, ha podido comprobar que las dos fundaciones trabajan claramente en la misma línea, que es: Ofrecer a los jóvenes actividades deportivas y recreativas alternativas como medio para orientarlos hacia la escuela.

Sr. Jovanny Delgado Núñez

Quiso visitarnos para poder explorar la posibilidad de un intercambio fructífero entre las dos fundaciones, sobre todo en el campo del deporte, precisamente el voleibol. Visitó el centro deportivo en construcción y habló con los entrenadores y las jugadoras de la D1 de Banzai. Aprovechó la oportunidad para invitarlas a participar en un torneo internacional que finalmente organizó en abril de 2018. Todo esto con la intención de que después de eso sería nuestro turno de invitar a su equipo a jugar con nosotros en Haití.

Así, del 5 al 8 de abril de 2018 nuestro equipo femenino de la D1 estaba en Los Alcarrizos pequeña ciudad a unos 20 km de Santo Domingo, capital de nuestro país vecino, para su participación en este torneo internacional de voleibol organizado por la fundación del Sr. Jovanny Delgado Núñez. Obtuvimos los visados de cortesía para la República Dominicana gracias a la intervención del Sr. Jovanny. Fue una experiencia muy interesante para nuestras hijas. Tuvieron la oportunidad de jugar tres partidos, incluyendo una victoria y dos derrotas. Además de participar en este torneo tuvieron la oportunidad de visitar algunos lugares de interés de la ciudad de Santo Domingo. El 8 de abril tomamos el camino de regreso en autobús. Este encuentro debería ser el comienzo de una colaboración franca entre las dos instituciones. El problema de salud del padre Jan y el clima de inseguridad que reinaba en Haití durante todo el año 2019 nos han impedido concretar hasta hoy en dia nuestros proyectos comunes. Actualmente, el problema del Covid-19 crea una nueva incertidumbre en lo que se podrá hacer en un futuro próximo.

El club es orgulloso por haber tenido jugadores y jugadoras en las selecciones nacionales que participaron en torneos internacionales en diferentes países.

Banzaï se hizo una asociación deportiva muy importante con el pequeño grupo de jugadores y jugadoras de sus primeros momentos. Verdaderamente Banzaï es una asociación deportiva de peso a pesar de no contar con los medios necesarios para su mejor funcionamiento. En este sentido, nos preocupa el futuro del club. Además, la mayoría de los miembros activos (jugadores y jugadoras) vienen de familias con menos recursos económicos. Muchos de ellos son estudiantes que vienen estudiar a Puerto-Príncipe, lejos de sus padres.

Un club de voleibol como Banzaï debería ser capaz de responder a todos los desafíos que se le presentan: Compra del material para los entrenamientos y las competiciones, uniformes para las selecciones en competición, una retribución para los entrenadores que dedican su tiempo al club, la organización de prácticas y de un campo anual en verano. A todo esto hay que añadir los gastos del transporte y pequeños gastos durante los entrenamientos y partidos, etc.

En realidad, el club no genera fondos para poder ayudar a los dirigentes a cubrir los gastos más urgentes.

Los traumas creados por el terremoto del 12 de enero de 2010, las pérdidas en vidas humanas y la destrucción casi total de todo lo que existía como infraestructura necesaria para la práctica de voleibol parecían haber tocado el fin de Banzaï y del voleibol en Haití. Pero gracias a los testimonios de soporte por parte de tantos amigos del club, el Phoenix  » Banzaï  » ha levantado de las cenizas de desesperación. Los Amigos de Banzaï en Bélgica respondieron con acciones de ayuda y de solidaridad con objetivo de permitir Banzaï afectado por el seísmo de renacer. Todo este mundo se ha comprometido para buscar el soporte necesario para la realización de un nuevo proyecto ambicioso que consiste en la construcción de un centro de deportes que puede recibir todas las actividades que  la fundación Mamosa-Cunina y Banzaï quieren emprender. El 12 de junio de 2013, habíamos comenzado con la construcción de la pared que rodea nuestro terreno. Este trabajo ha sido terminado el 13 de noviembre de 2013. Visto las dificultades en encontrar la financiación necesaria para poner en buen fin el proyecto de construcción, nos dirigimos a candidatos bienhechores que quieren aportar su soporte a la realización de este proyecto prestigioso en beneficio de la juventud haitiana. Diez años después hemos realizado mucho trabajo pero todavía queda mucho por hacer (Ver la página “projet de construction”).

Plano del interior del gimnasio visto por el arquitecto